La Vaquería del Clot

Quizás uno de los elementos más singulares que podemos encontrar echando un vistazo a las viviendas del casco antiguo del Clot es la cabeza de vaca que corona uno de los edificios de la calle Rossen Nobas. 

Hasta cerca de los años '60 del siglo pasado, en sus bajos se ubicaba uno de los “almacenes” de vacas más importantes de Barcelona, un espacio donde se guardaban estos animales que transportaban en tren hasta la ciudad para asegurar el suministro de leche a la población.

De hecho, hasta practicamente finales del siglo XIX  solo los niños consumían leche, pero las corrientes alimentarias que llegaban de Europa y que recomendaban un consumo más generalizado de este producto propició la apertura de numerosas lecherías en Barcelona que funcionaban con la leche que ordeñaban de sus propias vacas las cuales guardaban en sus establecimientos.

Estas vacas llegaban en tren desde el Pirineo y también desde países próximos como Francia y las descargaban en el Clot, donde las llevaban a la Lechería de la calle Rossen Nobas donde quedaban en custodia hasta que los compradores las venían a recoger. Para que no tuvieran duda de donde ir a buscar a sus animales, la cabeza de vaca anunciaba donde se encontraba la Vaquería del Clot.